COVID-19OPINIÓNPUNTO Y SEGUIDO
Desalmado “coronachino” Made in China, para algunos ya es la tercera guerra mundial.
LCP. David Guerra
Desalmado “coronachino”
Made in China, para algunos ya es la tercera guerra mundial.
Quizá algunos no estarán de acuerdo con las siguientes líneas y piensen totalmente diferente, no pasa nada, en la diversidad de pensamientos siempre y cuando se adopten con respeto se finca una auténtica democracia. Pero por más que se le den vueltas a los comparativos y a los números, estos no cuadran y no se entienden. Como es posible que en un país de mil trecientos millones de habitantes solo se hayan contagiado ochenta y cuatro mil y hayan fallecido tan solo cuatro mil personas. Lo más raro del asunto es que en un santiamén hayan detenido los contagios y que este no se expandió entre las ciudades más importantes de dicho país, que no me vengan con el cuento chino que son cabrones los chinos, el daño ocasionado hoy al mundo fue algo premeditado con alevosía y ventaja.
Hoy los esquipultecos lamentamos y lloramos ya la partida de varios buenos amigos que se han tenido que despedir de su tierra, su familia y sus hogares a causa del flagelo que está causando semejante desconsideración de personas algunas, sin duda estarán viendo como su argucia causa tristezas enlutando familias enteras.
A la memoria de los que han marchado hacia el más allá, esperando se hayan reencontrado ya con el que juzga y ve las cosas desde el infinito, para ellos va dedicado especialmente el presente artículo, suplicando al todo poderoso les dé el consuelo necesario a los que hoy lloran su partida.
Como explicar, que a pesar de los grandes avances de la ciencia en pleno siglo veintiuno, no se haya podido controlar una enfermedad que en cuestión de días ataca a las personas y los vuelve vulnerables increíblemente hasta terminar con ellas. Como dicen nuestros antepasados, esta no es una enfermedad de Dios, acá están metidas las manos del hombre quien a través del tiempo solo busca poder, enriquecimiento y avaricia. Si los cuatro o cinco países poderosos a nivel mundial quisieran, salvarían al mundo entero. Pero tristemente el asunto es al revés, se trata de demostrar individualmente el poderío de cada uno no importando lo que tenga que pasar. Lamentablemente las secuelas son trágicas.
El número de contagiados a nivel mundial ya sobre pasa los veintiún millones de personas, menos mal que según las estadísticas presentadas el porcentaje de los recuperados alcanza el 63%. Ojalá las proyecciones no sean acertadas, pero según los expertos a finales de octubre pasará el millón de personas fallecidas en todo el planeta. Tristeza y confusión a más no poder, es la causa de la pandemia que hoy nos tiene a todos pensativos y con el cristo en la boca deseando no ser víctimas de contagio alguno.
Que nos queda, tan solo poner nuestro mayor empeño y cumplir a cabalidad con los protocolos establecidos, aunque si el asunto es por vía radiación, creo no habrá quien nos defienda en esta ocasión. Tristemente en las guerras y las revueltas los que terminan sucumbiendo primero son los justos e inocentes. Dios nos proteja a todos de lamentable situación que hoy vivimos. daga